Del hueco

Selección de poemas del libro "Del Hueco" publicado en 2011 por la editorial "Macedonia".


Miro mis manos, mis pies, mi cuerpo

 

y pienso que por alguna razón

 

no puedo mirar mi cara

 

sin dejar de mirarme

 

 

Después de Saint Exupéry

 

a cada víbora le falta

 

un hueco de elefante

 

 


Llueve

 

la siesta me hamaca con su fino hilo

 

cuando despierte mi padre habrá llegado

 

la pava silbara rompiendo la quietud

 

 

 

Desnuda

 

mi alma

 

será una gota más

 

Este verano

 

un Jesús enorme

 

vino a devorarte

 

 

 

Yo abrí las nubes

 

busque tu risa

 

como una criatura

 

que muerde mis manos

 

 

 

A cada paso

 

eyacule una tos

 

llena de hojas desnudas

 

 

 

Compuse durante días

 

el molde de mis alas

 

 

 

Jesús es para todos

 

el sol canta

 

las camisas sonríen

 

y cada vez se estanca más

 

el agua de mis ojos

 


Un punto

 

corriendo en línea recta

 

hacia sí mismo

 

no tiene donde

 

descansar su sombra

 

 

 

Otro punto

 

de lápiz y papel

 

marea de grafito que brota como espasmos

 

es real

 

 

 

Apura el trazo

 

quema el destino

 

El día es una silla

 

donde caigo extenuado

 

un segundo después

 

que mi sombra

 


Hastía la razón

 

arañando

 

la bóveda azul

 

 

 

Todo hombre es simulacro

 

 

 

El viento trae voces

 

ríos

 

que mueren en silencio

 

En plano horizontal

 

cae luz

 

 

 

Desde la pata

 

trepa la pregunta

 

acaricia la nada, concisa

 

sin hilo sube el aire

 

sobre las cabezas

 

 

 

Dividida

 

enmaraña latidos

 

brota un mundo

 

 

 

Afuera

 

otra idea

 

guía la noche

 

 


Rompo mi pena,

 

martillo el vidrio

 

caen pedazos

 

de arena primordial

 

 

 

Miro el cielo nocturno:

 

el mismo griterío

 

endulza mis ojos

 

Cuenca cercada

 

me nombro en tu mar

 

inmerso lloro

 

 

 

Soy un condenado

 

que bebe la luna

 


Asesina

 

la tarde de pluma sangrada

 

bebe al gorrión

 

 

 

Un segundo

 

de espalda ancha

 

trina

 

mundo abierto

 

 

 

La vida se curva

 

el gorrión bebe al gorrión

 

 

 

Atorada

 

la tarde

 

agita sus alas

 

Este afuera

 

el mundo

 

no desaparece al cerrar los ojos

 

recostado en el tiempo

 

lo mismo da

 

subirme a una nube

 

lanzar mi risa sin paracaídas

 

alguien lo hará por mi

 

 

 

Perdidos en la sal, un sueño negro

 

cárcel abierta

 

vienen de una América antigua

 

la noche cierra los ojos

 

el mundo no desaparece

 

 

 

Medea reza y danza con la razón

 

la maldice con su víbora

 

la pisa y aunque la aplaste

 

con todos los parpados del mundo

 

seguirá allí, inmóvil

 

 

 

De un puerto a otro

 

agua y sal

 

son ofrenda a lo perdido

 

el hombre no habita ese mar

 

por miedo a volver a su pasado

 

ahogarse en el charco de sus días

 

entre tiras de palabras

 

 

 

Medea es América

 

derrama enloquecida de sus tetas

 

vasijas rotas

 

palabras en pedazos

 

 

 

Esta ultima vez

 

su flecha invisible dará en el blanco

 

afilado el hueso

 

gritará

 

con fuego

 

su pasión herida

 

 

 

Será inútil cerrar los ojos

 


Dice la pared

 

lo que ocultamos

 

cuchillo sordo con dos espacios

 

desiguales

 

 

 

La mueca del frio

 

parpadea en una espalda

 

Bocinas quietas

 

sonámbulas

 

miran el fondo

 

de manos sudadas

 

 

 

Según el noticiero el problema es de transito

 

el bombo redobla,

 

la pared uniformada traga sangre

 

y vomita cadenas

 

el pan envuelve banderas rojas

 

 

 

Los conductores miran al costado

 

retienen sonidos con los parpados

 

los policías miran al costado

 

esperan la orden de su dueño

 

las balas

 

no miran al costado

 


Regocijo del rito

 

el animal muerto

 

frente a todos

 

vena que lame

 

párpados

 

de tiempo circular

 

 

 

Un hueco sin borde

 

no es alimento

 

es carne desgarrada

 

el diente cogiendo

 

que clava con su letra

 

y clava

 

es un espejo

 

cosiendo su revés

 

 

 

Venas inflamadas

 

un segundo de vidrio

 

enmoscado,

 

frente a la pantalla

 

el rito se contiene

 

es soga sin punta

 

 

 

El animal no es santo

 

quiebra su deseo

 

sangrando luces

 

apila su sombra

 

 

 

Siempre vuelve el hambre

 

sordo y caníbal

 

del circulo primero

 

Hay no imagen

 

 

 

Debe el sueño beber

 

sólido y démono

 

del deseo digital

 

 

 

Debe armar su árbol

 

con espinas gigantes

 

como penes parados

 

 

 

Debe ser un trono sin nubes

 

pero con una silla algodonosa

 

 

 

Debe ser un cuchillo

 

y cortar a la nube, el deseo, la imagen

 

y pegarle un balazo

 

a cada ave

 

en V

 


Pasaron por mis venas 25 años de sangre

 

el cuerpo caliente, atado

 

una cima profunda donde vuelco mi sombra

 

 

 

No soy yo el del espejo

 

 

 

¿Quién me verá transpirando minutos,

 

saltando la cuerda de mis ojos?

 

 

 

No soy ni el grito de mis pasos

 

 

 

Las palabras vacías

 

son hienas voraces

 

Este hueco es tuyo

 

tiene tu forma

 

no es vacío

 

(el vacío es anónimo)

 

 

 

Falta una fuente de besos nadando

 

la ruptura del tiempo y el espacio

 

un temblor demorado

 

un hermano oceánico

 

su semilla enjaulada

 

 

 

Falta un hueco

 

otro

 

con la forma apropiada

 

 

 


Tiempo

 

incendia un ave

 

a la altura de los ojos

 

 

 

Afuera

 

la lluvia

 

parte soles de barro

 

Sé que voy a ser un condenado

 

acepte o no las reglas

 

aunque no haya partido el alba en pedazos

 

ni destrozado los muros

 

que un caballo enfermo me envió

 

como limosna

 

 

 

No depende de mí

 

sino del tiempo

 

que siente temor de ver lo que fue

 

huye de sí mismo

 

también condenado

 

 

 

Taparía los días con una sábana

 

si fuera hombre me desterraría

 

pero me queda este esqueleto

 

vagando solo

 

justo aquí

 

en este hueco

 

donde debería haber un dios

 


Poesía de interpelación

Lo que Pablo nos muestra en este libro, en primer lugar, es su manera personal de dialogar con el mundo. Los temas que aborda son varios, pero en todos ellos, inevitablemente lo que gravita es su función de interpelación.

 

Y en ese interrogar lo que a menudo se encuentra es un hueco. Un hueco entendido como algo que falta donde, precisamente, debería encontrarse una presencia.

 

Es por eso en el último poema de su libro nos dice:

 

Taparía los días con una sábana

si fuera hombre me desterraría

pero me queda este esqueleto

vagando solo

justo aquí

en este hueco

donde debería haber un dios.

 

 

Concepto de hueco que Pablo se encarga de distinguir del concepto de vacío.

 

El hueco es la forma de lo que falta, pertenece a la ausencia. La ausencia de unión, de conexión. Lo dice claramente al describir un vaso que cayó y se abrió en pedazos:

 

No eras la unión exacta de las piezas

el vidrio fue una excusa

 

eras el hueco.

 

 

Por oposición se podría inferir que vacío es la conexión entre las cosas pero esto no está explícito en la poesía de Pablo, quizás porque intuye que situar el vacío es una empresa inútil, tal vez por eso se limita a decir

 

 

Este hueco es tuyo

tiene tu forma

no es vacío

(el vacío es anónimo)

 

 

Y aquí su interrogación llega a su límite, no puede avanzar más allá y para dar cuenta del vacío se limita a decirnos

 

Falta una fuente de besos nadando

la ruptura del tiempo y el espacio

un temblor demorado

un hermano oceánico

su semilla enjaulada

 

Falta un hueco

otro

con la forma apropiada

 

 

Deducimos que la forma apropiada del vacío es impersonal, en el sentido de que no adopta ninguna forma distinguible, ni siquiera la de aquello que falta. El vacío es, para Pablo, lo innombrable. De lo que se puede hablar es del hueco. De eso nos habla Pablo.

 

Pero nos habla como invitándonos a pensar con él en la situación límite que representa una cabeza que piensa, tal vez, con la herramienta equivocada para penetrar el misterio

 

 

Hastía la razón

arañando

la bóveda azul

 

Todo hombre es simulacro

 

El viento trae voces

ríos

que mueren en silencio

 

 

En este primer libro la poesía de Pablo se despliega con un lenguaje desbordado, por momentos crudo, por momentos subsumido en el hervor de una pasión incontenida, pero en todos los casos se muestra como un intento de abordar lo que de enigmático y misterioso tiene el mundo. Pablo lo hace sin ignorar sus propios límites en el camino del conocimiento, que son los límites de todos nosotros, lo deja aclarado en el primer poema

 

 

Miro mis manos, mis pies, mi cuerpo

y pienso que por alguna razón

no puedo mirar mi cara

sin dejar de mirarme

 

 

Para verse, hay que dejar de verse, parece decirnos Pablo desde el comienzo de esta obra que hoy se presenta, hay que dejar de ser uno mismo la vara que mide el misterio, sólo así éste se nos abrirá como una flor,

 

Cuando conocí a Pablo iniciaba sus primeros pasos en el camino de la escritura poética, trabajamos juntos dos años y durante ellos pude ver el pulso de su evolución y ahora estoy aquí sentado celebrando una etapa cristalizada de lo que, espero, sea un largo camino que no abandonará.

 

 



Carlos Dariel

(Leído en la presentación del libro en la casa del palo borracho, Ramos Mejía, en el año 2011)

Las imágenes de este libro son obra de Leandro Mosco